Perú sigue visto como uno de los principales mercados de la ‘piratería’
Estados Unidos alienta al gobierno peruano a continuar sus esfuerzos para combatir la piratería a los derechos de propiedad intelectual. Diferencias entre precios de productos originales y copias son abismales.
Es mediodía de un domingo cualquiera y el Centro Comercial ‘El Hueco’ del centro de Lima, se encuentra abarrotado de gente. Una persona luce muy contenta, por 10 soles se está llevando a su casa toda la saga de ‘Rambo’ y 2 discos con las cumbias más pegajosas.
Pero no es solo ella, ya que la imagen es repetida. Padres con sus niños de la mano, comprando discos, DVD e incluso libros falsificados. Sí, comprar productos ‘piratas’ –es decir, falsificados- se ha convertido en una práctica muy usual en Perú. Por eso, no es de sorprender que la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR) mantenga a Perú en su lista de observación, contemplada en el Informe Especial 301 sobre los Derechos de Propiedad Intelectual.
Este documento, ha sido recientemente publicado, es un análisis sobre la adecuada y efectiva aplicación de los Derechos de Propiedad Intelectual alrededor del mundo, y es elaborado anualmente por la USTR.
Preocupación 'gringa'. El Informe Especial indica que “Estados Unidos alienta al gobierno de Perú a continuar sus esfuerzos para combatir la piratería a los derechos de propiedad intelectual, realizando más operativos y capturas, asegurándose que los arrestos de los infractores de los derechos de propiedad intelectual incluyan la prisión”. También señala que se deben aplicar remedios civiles efectivos, y otorgar una creciente atención a las medidas de protección de los derechos de propiedad intelectual en sus fronteras.
“Si bien es destacable el rol de las actividades de control desarrolladas por las autoridades nacionales durante el año 2007, las recomendaciones ponen de manifiesto la necesidad de reforzar las acciones conjuntas contra la piratería, trabajando unidos los sectores públicos y privados”, dijo el apoderado legal de los miembros de BSA en Perú, Gustavo León y León.
Cabe recalcar, que la Alianza Internacional de la Propiedad Intelectual (IIPA) estima que las pérdidas en derechos de propiedad intelectual ocasionadas a las empresas estadounidenses por la piratería originada en la región del Grupo Andino llegarían a 256 millones de dólares.
Un problema con muchas caras. La fama de la los productos pirata en Perú se ha expandido tanto que incluso ciudadanos extranjeros que llegan al Perú, o los que viven en el país y planean retornar a sus tierras, compran muchas películas y discos de sus artistas favoritos, ya que con una pequeña suma en soles pueden conseguir muchos de estos productos.
Un DVD de estreno cuesta 3 soles mientras el original hasta en un promedio de 18 dólares, un CD se consigue a 2 soles y el auténtico fluctúa entre los 50. Los ejemplos sobran. Sin embargo, hay productos que no llegan. ¿Qué sucede si un muchacho desea ver Hwal de Kim Ki-duk, o de Jean-Claude Lauzon, o escuchar el disco LéoloBirds of Fire de Mahavishnu Orchestra o quizá el compilatorio Jazz after dark, que incluso en Internet son difíciles de conseguir, y se logra es por precios que superan largamente los gastos 20 dólares.
Reglas de juego. Estudios de la Comisión de la Comunidad Europea estiman que la piratería y la falsificación alcanzan entre el 5% y el 7% del comercio mundial (CEE), lo que representa entre 200 y 300 mil millones de euros por año. El Perú tiene el índice más alto en el campo de la piratería musical, con un registro de 98%, mientras que en el caso de software ocupa el segundo lugar, con el 73%.
En lo que se refiere a pérdidas ocasionadas a la industria, el Perú registra el segundo lugar con 98,6 millones de dólares, seguido muy de cerca por Colombia, con 98,5 millones de dólares. A pesar de ello, bandas peruanas como Uchpa, que fusiona el blues con el huayno, se han mostrado a favor de la práctica ‘pirata’ y han asegurado que ellos mismos se piratean, ya que le es más económico. Ellos han reclamado desde siempre, un mejor trato por parte de las compañías musicales.
Y es justamente hacia ese derrotero adonde apuntan otros artistas. El caso concreto de Radiohead, con la edición en Internet de su disco In Rainbows –de descarga gratuita o por el precio que el internauta eligiese-, marcó un hito para que la industria fonográfica cambiara sus patrones de juego.
El asunto, visto con perspectiva, apunta a tocar el problema de la falsificación de obras desde su fondo y no desde su forma. Mientras tanto, los artistas tienen el derecho a reclamar por sus obras, en las que han dejado no solo creatividad y pasión, sino además muchas horas de trabajo e inversión económica.
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