Aunque las voces comunes apuntaban hacia una juramentación de los nuevos congresistas entre dislocada y agresiva, los encargados de la ceremonia 'confiaban' en que se desarrollase con pulcritud y orden.
La realidad fue -por decir, no menos- algo distinta, pero quizá más divertida. Las sonrisas que el magno evento mostraba como un acápite, se trasformaron con el pasar de los minutos en eventuales.
Los rostros de los tres encargados de la juramentación transitaban entre la parsimonia, sorpresa, desconocimiento, susto (¡donde hay un huevo cuando se le necesita!) y la sonrisa forzada o nerviosa. Es decir, un semáforo facial, que EN VIVO y ante TODO EL PERÚ, no se pudo esconder o impostar.
Eso sí, lo más bonito -sin duda alguna- fue el bello escote de Luciana León -quien dicho sea de paso solo sonrío y aplaudió- que de rato en rato logró distraer del bochorno al presidente de la Juntas Preparatorias Carlos Torres Caro.
El otrora segundo candidato a la vicepresidencia por Unión Por el Perú (UPP) lució bien peinadito, con el reglamento en la punta de la lengua y una paciencia admirable.
Y es que los juramentos lindaron con lo jocoso, huachafo e irracional. Quienes empezaron con la 'canción' fueron los partidarios nacionalistas, ya que en un arranque de 'inspiración' juramentaron por "los cocaleros", la provincia a la que pertenecen, "la 'justicia'" y hasta en contra de "los congresistas tránsfugas".
Pero al parecer, solo fue el nerviosismo ya que a pesar de su actitud desafiante, volvieron al 'ruedo'. Ahí estaba el congresista electo por el Partido Nacionalista Peruano (PNP) Werler Cabrera, quien asediado por tantas luces, gritos y aplausos, regresó a prestar juramento. No lo hizo del todo bien, pero el muchacho está empezando, ya le brindarán asesoría.
O la cocalera Jeannet Cajahuanca Rosales, electa por UPP, quien se ofuscó terriblemente, al no ser aceptado su juramento por Torres Caro y las dos secretarias Martha Hildebrandt y Luciana León. Estamos tentados a pensar que su molestia no pasó por la desaprobación de su ominosa juramentación, sino más bien porque se le olvidó mencionar a sus ovejas y vaquitas.
Pero los miembros del distinguido partido de la estrella no se quedaron atrás. Ellos, bien preparaditos, juraron y 'rejuraron' en nombre de Víctor Raúl Haya de la Torre y aquí 'no pasó nada'. Se nota que tienen su libreto bien aprendido. En todo caso, habrá que reconocer que en el nuevo partido de gobierno sí hay orden.
Lo que no convence mucho es la 'vara' con que fueron medidos apristas y nacionalistas. Los primeros mencionaron de manera válida a su fundador Víctor Raúl Haya de La Torre, pero también a sus provincias y una que otra idea que pasó por sus cabezas en ese instante.
Un poco más de la mencionada 'igualdad' habría sido recomendable. O acaso, no recuerdan que "cuando llueven juramentos apócrifos, todos se mojan".
Lo cierto -o al menos lo que se apreció por televisión- fue que el flamante presidente de la Juntas Preparatorias, levitó entre el 'no sé' y el 'qué hago'. Le trasladó sus inoportunas preguntas y por ende TODA LA RESPONSABILIDAD de aprobar o no, las inteligentes respuestas de los próximos "padres de la patria" a su primera secretaria, la congresista Hildebrandt. De Luciana León ni hablar, ella sonreía feliz, todo bien todo bien.
Personaje peculiar -y dentro del Legislativo es decir bastante- fue Oswaldo Luizar Obregón, quien hizo un discurso tan extenso que en vez de molestia le 'robó' una sonrisa Carlos Torres Caro, su ex compañero de bancada. Pero lo sorprendente es que, antes de tomar juramento, no quiso nada de biblias ni crucifijos. Ni agua bendita hubo.
El mismo plato repitió Mauricio Mulder, secretario colegiado del partido aprista. Sabíamos que habían 'otorongos', Martha Hildebrandt anunció a los 'jabalíes', pero 'vampiros'... habrá que cuidarse el cuello.
La 'camarada' Nancy Obregón, ataviada con sus mejores galas levantó el brazo izquierdo, cerró el puño y juró. 'No vale' sentenciaron, lo volvió a hacer, esta vez respetando el protocolo y OK.
Y llegarían Mariela Moyano y Carlos Raffo, ambos quisieron juramentar en nombre del extraditable Alberto Fujimori. La primera aceptó que no podía hacerlo, ya que no se puede citar el nombre de un perseguido por la ley.
Pero Raffo fue otra historia. ¿Quién le dijo al presidente Alejandro Toledo que es terco? Noooooo. Terco y más es Raffo. Primero por el "Presidente Fujimori" luego por el "fujimorismo". Tuvo que hacerlo hasta en tres ocasiones. ¡Y es que pobrecito! el nuevo legislador tiene 'poca retención', es más, nadie le ha informado que Fujimori hace tiempo que no es presidente.
Al final -más cansada que convencida- Martha Hildebrandt aprobó la promesa de Raffo en nombre del 'fujimorismo'.
Pero el que se llevó 'las palmas' fue el parlamentario electo por UPP, Miro Ruiz Delgado, quien intentó juramentar "en contra del transfuguismo traidor", ante la atenta y 'asustada' mirada de Torres Caro. Evidentemente su deseo no tuvo 'luz verde'. Seguido, se retiró de la sala, para volver luego de aproximadamente 15 minutos. Sin embargo no juramentó.
Y cuando parecía que la ceremonia de juramentación del nuevo Parlamento -promo 2006 - 2011- no tenía más que ‘ofrecer’, Cleofe Sumire de Conde, elegida por el Cusco, protagonizó el incidente de más duración al negarse a juramentar en español. Solo lo hizo en quechua.
Más tarde, precedido de una gran ovación, llegaría uno de los estandartes apristas, Javier Valle Riestra, quien prometió honrar a Dios, la Patria y el artículo 39 de la Constitución de 1979. Palmas compañeros. Irrefutable.
Telón de fondo con Zumaeta y el regreso de Cleofe Sumire de Conde -yo quiero un nombre así- para juramentar otra vez. Colorín colorado, no, el Congreso recién empieza. Provecho. Y me pregunto ¿Cómo fue posible que se hayan olvidado de Lay Fung?
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