13 junio 2006

…una estación tatuada en tu piel

sí la oscura materia
animada por tu mano soy yo”
Blanca Varela

¿Eran los cuerpos dementes antes de tanto caer? El aire, eran del aire. Una ecuación disidente, una puerta rota, la lengua indemne del diablo. Los meses cansados, derruidos, hasta el final de diciembre. Era la víspera. El sol ardía las ansias, la luna despertaba sus cuerpos y el mar, el mar su eterna canción. He aquí la respuesta:

Dime el ¿Por qué? de esos tus ojos trepando en mis labios sabiéndome tuyo, a pesar de esta hermosa mentira. Vuélvete ciénaga y atrápame en tu vientre. Rodéame con tus alas y llévame a nadar entre el deseo. Cógete del sol, quémalo, quémame. Rodea tu cuerpo de mi aliento. Quédate sin el.

Baja la cabeza, mira la playa.
Recorre mis enigmas y asústate de quien soy en realidad.
Hunde tus huellas hasta el silencio, reclámale a esta estación nuestra avidez.

Corta mi cuerpo en pedazos. Reinvéntame.
Hazlo por los dos. Sepulta mis ansias y duerme.
Duerme junto aquél hilo pétreo del destino.
Que congela tus sonrisas y aborta mis deseos.

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