Entre la seriedad del militar uniforme, las botas negras y sus solemnes barbas ellos sonríen. Son felices más allá de un buquet - que además llevan - y el qué dirán. Se tienen y ahora saben que están unidos en otra clase lazo: el matrimonial. Pero, ¿por qué casarse? Por igualdad, porque es su derecho, ¿por qué no?
Aquí, aparte de la pareja de soldados, apreciarán a jóvenes cubanos compartiendo la cama en el calor de una postal de excepción, algún fresco de Virginia Patrone, a Almodóvar y Mc Namara, escarabajos copulando, la mano de Picasso e incluso a los dos hombres más temidos de Japón desnudos y tatuados en un ardoroso sentimiento, que los vuelve - al fin y al cabo - vulnerables. Punto parte para el humor fino y simple pero hondo de algunas caricaturas.
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