Bendita muerte

"Desde que el mundo es mundo, vivir y morir vienen siendo la cara y la cruz de la misma moneda echada al aire, pero si sale cara es todavía más absurdo. Para mí, si quieren que les diga la verdad, lo raro es vivir", comenta uno de los personajes de Lo raro es vivir de Carmen Martín Gaite. Una novela en la que los sueños rotos, la búsqueda del amor, el dolor por la muerte misma y sus innumerables preguntas evocan lo difícil y extraño de este trance.

Mismo, que la cultura mexicana se ha encargado de difundir con diversos arquetipos y colores. Burlándose de la 'pelona', como aquí le decimos. Nosotros también la celebramos, dándole el peso requerido, sin extraviar dolores y certezas, volviendo el cuerpo a la tierra y trascendiendo aquellas pérdidas. O, compartiendo un arroz con pollo y unas 'chelas' con nuestros muertos, bailando encima de sus tumbas, cantando un yaraví, un vals o un destartalado blues, leyéndoles a Julius o las noticias. Fluyendo, su inevitable recurrencia.