19 diciembre 2007

Con rojos en pleno verano

Carlos y Giovanni yacen en el pasto sucios y algo golpeados. Ríen, dan vueltas, se empujan y echan a correr otra vez. Jesús no puede evitar sonreír al ver a sus amigos pero el vidrio que separa su carita de la calle se empaña pocos segundos después, al igual que sus ojos. No puede salir, está castigado durante todo el verano por haber salido jalado en Matemáticas e Inglés.

"De casa a la escuela y de esta a la casa" es la consigna, sus padres quieren que apruebe el vacacional y que entienda que este encierro es por su bien. Pero, ¿qué tanto bien le hace a Jesús no disfrutar de sus vacaciones?

El vice ministro de Gestión Educativa, Idel Vexler, señala que aunque es responsabilidad de los niños desaprobados asistir a sus clases y salir con buenas notas, eso no debe impedir que pasen tiempo con sus amigos, jueguen y se diviertan. Añade que incluso en caso de repetir el año, el menor debe tener tiempo para ver televisión, jugar con sus amigos, salir o practicar deporte.

"Una cosa no niega a la otra", asegura. Del mismo modo, advierte que los padres deben evitar que esto se convierta en una frustración que no le permita obtener logros en el futuro.

En el caso de Jesús lo mejor será estudiar un máximo de noventa minutos diarios, para después realizar las actividades que más le gusten.

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