ANGRA, mi concierto del año

Sexteto brasileño conquistó al público peruano la noche del martes último. Nacionales Orgus y argentinos Jason no desentonaron y calentaron el ambiente para la megabanda de power metal. Seguridad del evento brindó todas las facilidades a la prensa.

Gracias Angra

La primera vez que escuché Angra fue en el año 2001, como resultado de mis continuas descargas -gratuitas- de música de mp3.com. Recuerdo que en ese entonces me bajé entre 3 y 4 canciones de los brasileños, e igual número de temas de Nightwish, Blind Guardian, Amorphis y Lacuna Coil.

Luego de escuchar a estas excelentes bandas hice lo que cualquier persona con dos dedos de frente haría, indagar más sobre ellos, conseguir sus discos y seguirlos. Sin embargo, jamás me imaginé que los vería, en vivo y en directo, en mi propio país.

Tan es así que, cuando las manecillas del reloj rozaban las 10:15 de la noche del martes 15 de mayo de 2007, recién me di cuenta de lo que viviríamos yo y toda la gente dentro del María Angola. Sí señores, era Angra. Mucho mejor que en mis sueños.

Es por eso que esta nota empieza con un agradecimiento, porque si bien la antesala había sido el día anterior durante la ‘clínica de guitarra’ que brindó Rafael Bittencourt de manera más que brillante, la profecía se estaba cumpliendo ante mis ojos.

ORGUS Y JASON. El ambiente para la entrada del sexteto brasileño era perfecto, gracias a las actuaciones de los nacionales Orgus y a Jason de Argentina. Los primeros tocaron solo tres temas, pero bastó. A pesar de no contar con la voz ideal para subir al ruedo, Arístides supo bregar con esta dificultad y a fuerza de experiencia, de mucha ‘cancha’, se metió al público al bolsillo, que en gran cantidad no lo conocía, debido a su juventud.

De inmediato, Jasón ametralló con su power metal muy bien tocado, además de mostrar una buena onda increíble con los concurrentes. Entregaron todo “loco”, como diría su cantante. Los ‘ches’ confesaron que esta era su primera salida y vaya que lo hicieron bien. El público no sabía sus canciones pero igual cantaba, ya que la voz de los argentino había dado en el clavo: “el metal es un sentimiento”.

SINFONÍA DE HIERRO. Con estos antecedentes, fue que una de las bandas de rock duro más conocidas de Brasil, al lado de Sepultura y Ratos de Porao, apareció en escena. Y digo escena porque esto era un drama, ya que los corazones palpitaban a mil, mientras las rejas de seguridad tras los reporteros gráficos, convulsionaban con cada minuto que Angra demoraba en salir.

Hasta que el recinto se inundó con las primeras notas de “Unfinished Allegro”, intro característico con que abren sus conciertos, canción de los pitufos –para los que se acuerdan- primer corte del CD “Angel’s Cry” y nexo indefectible del mayor ‘hit’ de la banda.

Ya en estos momentos, la muchachada era locura pura y sí, llegó “Carry On” y la fiesta comenzó, ahora era en serio. Todo era humo, vapor, sudor, velocidad. Éramos, porque me aúno, una sola masa palpitando por cada ápice de piel, derramando excitación y profiriendo aullidos y jadeos.

“Nova Era” sería empalmada a la mitad del himno –quizá por la agudeza de la canción a medida que sube- pero esto no fue refutado por la fanaticada, que más bien exclamó un grito de aprobación por la jugada, fue inesperada y calzó exacta con el momento.

Entonces, y sin permitir que nos diéramos un respiro, resonó “Heroes of Sand” y el coro una vez más fue unísono. Grandes y chicos, melenudos de cuero, calvos y barrigones, señoras y señores, e incluso niñas -con peluche incluido- sonreían, daban el sí a este posible matrimonio.

DESENLACE INESPERADO. "Rebirth", "Acid Rain", "Waiting Silence", "Wings of Reality", "Ego Painted Grey", “Passing By”, y por lo menos cinco temas más que no llegamos a recordar, debido a la euforia y a que hacíamos fotos y grabábamos video al mismo tiempo, fueron interpretados por el sexteto integrado por Edu Falaschi en la voz solista, Kiko Loureiro y Rafael Bittencourt en las guitarras, Felipe Andreoli en el bajo, Fábio Laguna en teclados y, el ovacionado hasta después del concierto, Aquiles Priester en la batería.

La banda había dado todo. Habían saludado a Perú, mencionado el pisco, asegurado que esta ocasión era especial –porque cumplían 15 años-, comprado souvenirs – Loureiro llevaba puesto un polo de Perú con su llamita al estilo PUMA-, e incluso el Edu se había dado maña para calmar a estas huestes que amenazaban con irse hasta el escenario. Pero aún faltaba más.

Y no nos imaginamos el tamaño del regalo, cuando salíamos de la zona de prensa, justo a los pies de la banda –así de cerquita- cuando recordaron lo linda que había sido la velada y anunciaron que la despedida sería con un cover. Claro, nosotros creímos que sería “The number of the beast”, de Iron Maiden, como en su DVD. Pero no, era algo mejor.

La que sonaba era “Smoke in the water” de Deep Purple y lo que los miles de ojos en el recinto presenciaban era como seis chiquillos brasileños hacían más divertido el ‘tono’, intercambiando roles e instrumentos. Ahí estaban Falaschi (cantante) y Andreoli (bajista) en las guitarras, el batero Aquiles Priester en el bajo, Loureiro (primera guitarra) en la batería y Rafael Bittencourt con el micrófono. Debieron estar ahí para ver que bueno fue, lo que hace el estudio (todos son músicos de Conservatorio) y el amor por la música. Gracias Angra, y esperemos que solo sea un hasta luego.

Nota: Es la primera vez, en quince años yendo a conciertos, que la Seguridad de un evento –en especial internacional- brinda tantas facilidades a la prensa। Lejos de repartir golpes, como se acostumbra en estos eventos, estos señores cumplieron con su trabajo y hasta le tomaron fotos al público, cuando este les pidió el favor. Nuestro reconocimiento para con ellos.

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ANGRA - "Unfinished Allegro, Carry On y Nova Era" (Lima - Perú)