Apuesta a la libertad
La noche de hoy es la última función –por el momento- de la obra teatral Te apuesto un sueño. Si usted desea reírse de sus propios problemas y dar una mirada a ese YO que a veces le hace preguntas y se queja, la cita es a las 8:30 p.m. en el Centro Cultural de España.
¿Cuánto estarías dispuesto a dar con tal de ser ‘feliz’? Sabiendo que éste es un efímero concepto, una realidad que te sonreirá un instante, aunque podría repetirse, multiplicarse. ¿Acaso estás dispuesto a despojarte de tus miedos, tus pequeños triunfos, tus heridas, tus amores, tus fantasmas y de la propia vida? Te apuesto un sueño es eso, un relato de la vida y más que una foto, es aquél espejo ante el cual muchos temen reflejarse.
Un personaje, dos, tres, se multiplican. Los enemigos también lo hacen. Pedro se vuelve a tirar al suelo, se atrinchera y vuelve a temblar, una vez más escapa de su realidad, quiere ser –estar- ‘muerto en combate’, cree que así su ‘vida’ tendrá otro significado. ¿Suena bien, no?
Morirá muchas veces sin conseguirlo. Sólo se esconde mientras su compañero hace frente a los enemigos, quienes finalmente se van. ¿Pero quién es su camarada? ¿Quiénes los enemigos?
Te apuesto un sueño te plantea múltiples preguntas, cuestiona la sociedad y alimenta los alter egos de sus protagonistas. Es intimista pero abraza la platea con el retrato de una sociedad que busca cambiar, no siempre con las mejores armas.
Un desempleado que busca hacer justicia. Un rebelde, un terrorista ‘no profesional’. El personaje transcurre por la obra construyendo a medias, buscando la eterna respuesta a su búsqueda.
Abre muchas puertas. La de un desempleado tras el rastro de la justicia. Quien luego de dos años está dispuesto a poner bombas con tal de ser escuchado. Hasta que se da cuenta que cuando éstas explotan la gente muere.
El consultorio de un doctor advenedizo, la de un ingeniero obnubilado por su ‘brillantez’ y que podría opacar a los mismos Verne y Kundera, con su extraño objeto verde en el centro de la tierra.
La madre. La madre suya y la de su hijo. Su esposa lo deja llevándose al niño, su madre lo irreconoce por ser un fracasado.
Dos amigos. Los mismos del principio. Excéntricos, humanos. Con dolores de estómago y ganas de ir al baño como todo mortal. Con apetitos sexuales, envidia y deslealtad. Pero a pesar de todo, necesitándose y reconociendo que “son lo único” que tienen.
Un juego de poker, el “juego de la vida” como reza el bolero. Y entre sonrisas pasajeras –porque a pesar de lo profundo de la trama el espectador reirá más de una vez- los ‘jugadores’ van desprendiéndose de lo que les queda.
Te apuesto un sueño es un combate eterno por ser o no ser. Una oveja, un asalariado, un triste payaso. Una utopía. La apuesta por el Mundo Feliz del que habla Huxley, pero sin ‘soma’. Sufriendo, sonriendo. Pero como toda lucha, tiene sus propios muertos y heridos.
Y cuando has perdido todo, tu botella con agua, la foto de ese amor del pasado, tus propios recuerdos...
...¿estarías dispuesto a apostar tus sueños?
1 comentario:
Yo fui a verla el miercoles, la verdad me dejo con muchas interrogantes, estuvo muy buena es cómica como las q me agrada, los actores estuvieron estupendos y la trama ni q decir la mejor q he visto ultimamente
Publicar un comentario