16 mayo 2008

Universidad fracasa en su intento de separar a profesora lesbiana

“Todavía no lo puedo creer. Tengo sentimientos encontrados. No me arrepiento de haber denunciado a la Universidad San Martín por haberme pedido la renuncia por el solo hecho de ser lesbiana. Pero tampoco me alegra constatar en carne propia lo homofóbica que es la sociedad”, escribe Esther Vargas en su blog sex o no sex .

La editora de la sección Sociedad del diario Perú.21 se pregunta si valió la pena hacer pública la desatinada conversación que tuvo con dos representantes de la universidad particular, quienes la invitaron a intercambiar la docencia por la redacción de manuales de periodismo o, en todo caso, renunciar.

Las profesoras Marina Cho, jefa del Departamento Académico, y Silvia Quintero, responsable de periodismo escrito, la citaron hace unos días para informarle que “habían recibido quejas de un grupo de alumnas”, que luego fueron quejas de padres de familia y más tarde de personas anónimas, quienes habían escrito e-mails, supuestamente contrariados por la opción sexual de la comunicadora.

El argumento. Cho le aseguró a Vargas que la universidad estaba “en la mira” y se le buscaba perjudicar “Que mi orientación sexual podía generar problemas, escándalos. Temía, según me dijo, que los padres organizaran una protesta. Valoraba mi trabajo, mi metodología, mi esfuerzo, pero lo mejor sería que abandonara las aulas”, señaló Vargas.

Además, ambas, cuestionaron la creación de la bitácora clases de periodismo, con el que la periodista buscaba enganchar a sus alumnos, brindándoles libros gratuitos para descargar, practicas en línea y la posibilidad de debatir determinados temas del curso. Cho y Quintero le dijeron que posiblemente había sido así como los chicos o sus padres llegaron a su primer blog, debido a un link que lo enlazaba.

Esta web personal contiene, entre otras cosas, la columnas sobre sexo que Vargas escribe los miércoles para el diario en el que labora. Para la jefa del Departamento Académico, esta era la preocupación de los padres de familia y por eso decidió separar a la profesora mientras durasen las investigaciones. Sin embargo, ella nunca constató si el supuesto link, las informaciones sobre sexo u otro dato, realmente existían.

No renuncia. Y aunque Esther ha decidido voltear la página y seguir adelante, pese a que la administración de la Universidad Particular San Martín de Porres no se ha pronunciado al respecto, las reacciones no se han hecho esperar. Alumnos, colegas, activistas por los derechos homosexuales, ministros y hasta el propio jefe de Estado le han brindado su respaldo.

La periodista no renunció, pero esperaba una explicación. Esta se dio luego de tres días, durante los cuales los medios de comunicación propalaron su caso. Fue la profesora Silvia Quintero, quien le hizo saber que todo había sido una equivocación, que jamás se pretendió discriminarla y que podía retornar a clases, pues tenía la garantía de que no volverá a ocurrir. Palabras que sorprendían a la mujer de prensa, ya que de un día para el otro, las versiones cambiaban y se interpretaban –por el lado de la universidad- como “un malentendido”.

El fondo del asunto. La directora del Movimiento Manuela Ramos, Gina Yáñez, mostró su preocupación por que este tema se haya presentado dentro de un ámbito académico. En ese sentido, el responsable del Área de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la Asociación Pro Derechos Humanos (Aprodeh), Wilfredo Ardito, saludó la rectificación de la Universidad San Martín al dar marcha atrás en el despido de la periodista.

Pero, pese a que las comisiones de la Mujer y de Relaciones Exteriores aprobaron la Convención Iberoamericana de los Derechos de los Jóvenes y que importantes sectores del gobierno, respaldaron a Esther Vargas con sus declaraciones, lo cierto es que el Código Penal peruano no incluye la discriminación por orientación sexual como delito.

Además, han sido eliminados el reconocimiento de los derechos de lesbianas, travestis, gays y bisexuales mediante declaraciones subjetivas, de libre interpretación. Este tema da para rato, ya que esta semana será debatido en el Pleno del Congreso. Mientras tanto, Vargas dicta clases con normalidad.

Los dejo con la entrevista que le hizo la web de Perú.21:


Disculpen, soy lesbiana

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