22 noviembre 2009

¿Recuerdas a Skid Row?

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En plena fiebre metalera, gracias a la llegada de aquellos que dieron nombre al género, nos cae uno de sus pupilos. Desde New Jersey y con siete placas en su haber, Skid Row anuncia tocada y por partida doble: acústica y eléctrica. Y aunque es cierto que no llega la voz emblemática de Sebastian Bach, la guitarra de "The Snake" Sabo y los redobles de Affuso todavía siguen el pie. Será motivo para recordar. ¿Quién se apunta?

Hablar de Skid Row es retroceder en el tiempo a aquellas épocas en que valía la pena ver MTV. Recordar la voz de Bach y reír, otra vez, porque parecía una chica en vez de un recio frotman. Intercambiar cintas de Dio, Metallica, Faith No More o Black Sabbath, salir al taco por la tarde y no ir con zapatos sino con las Reebok negras. Pelear con la gente del San Antonio y ver cómo tus patas huían cuando venían tus conocidos del 2 de mayo, estos últimos: colegios del Llauca.

Reunirte en la casa de los patas y pegarte horas oyendo el Skid Row. Corear "18 and Life", "I Remember You", "Youth Gone Wild" y "Midnight/Tornado", dejarte crecer el pelo y anhelar un dragón en la espalda. Esperar tres meses para que llegue el courier con el nuevo disco que te envió tu familia gringa, desenvolver y emocionarte con el Slave to the grind, el mejor larga duración de Skid Row.

Desde el arte del libro del disco, los grilletes, la masacre. Desde aquellos atisbos a El Giotto, ya los ojos se dejaban crecer en un asombro inmenso y feliz. Porque en ese tiempo, además, era más fácil ser feliz.

Para ya con el reproductor de CD, en ese tiempo todo un acontecimiento, sentarte a oír cada una de las rolas de ese tesoro. Desde la filosa y trepidante "Monkey Business" (luego series y pelas copiarían el título), hasta las irracionales "Quicksand Jesus", "Psycho Love" y"Get the Fuck Out". Para terminar con dos power ballads: "In a Darkened Room" y "Wasted Time".


Esa fue la historia con Bach como cantante, Dave Sabo en la guitarra solista, Scotti Hill en la guitarra rítmica, Rachel Bolan en el bajo y Rob Affuso en la batería. Esa misma formación sacaría B-side ourselves en el 92, un disco entre punk y heavy, con versiones de Kiss, Judas Priest, Rush, Ramones y Hendrix.Subhuman race traería consigo la contratación del productor Bob Rock (Metallica, Mötley Crüe, The Offspring) y las salidas de Bach y Affuso de la banda. Ahí nomás llegaron Johnny Solinger y Charlie Mills para cubrir dichos huecos, que la verdad creemos que hasta hoy no han sido cubiertos del todo. Luego llegarían 40 Seasons: The Best of Skid Row (1998), Thickskin (2003) y Revolutions per minute (2006) que hablan un poco de lo que pasado con la banda desde que les perdimos el rastro, en el 94.

Para muchos, Skid Row fue una de las bandas no eclipsadas por el movimiento grunge, incluso por las cifras de ventas: 20 millones de álbumes alrededor del mundo. Pero eso es relativo, Candlebox podría ser un ejemplo de lo contrario, pero sigue en el ruedo y con una carrera más solida.

El punto es que para todos aquellos que añoran a Skid Row y esos años de sonrisa, la cita es doble. El martes 24 se presentarán en el Centro de Convenciones del Hotel Los Defines, mientras que el miércoles 25 tomarán el escenario de la Discoteca Vocé. Es bueno apuntar que las entradas se venden en paquete y no individualmente. Las mismas se consiguen en los módulos de Tu Entrada, de Plaza Vea y Vivanda desde 135 soles.

La primera jornada se realizará en un set acústico al que podrán ingresar solo 200 personas y estas serán quienes adquieran tickets Vip para el día siguiente. El del miércoles será un show eléctrico y tendrá como invitado especial a Ted Poley de Danger Danger, banda para el olvido.

Ahí estaremos, quizá extrañando a Bach pero muy bien acompañados. Esperando cantar una vez más: "Woke up to the sound of pouring rain, Washed away a dream of you, But nothing else could ever take you away, Cause you'll always be my dream come true, Oh my darling, I love you".


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